
Tirito en las notas de un romance
Que no tiene sonido,
Que se niega a ser delineado.
En mi cuerpo de sombras.
No quiero confidente de la luna sonrojada,
De sus abandonos en medio del tumulto
De las alma que no conocen de él.
Le continúo oyendo en las notas que se mueven
En los uniones que nunca se enunciaron.
No hay silencio más profundo
Que el que se llena de las palabras de extraños.
Le aprieto.
Le voy buscando en las puertas cerradas
Que no se apartan, en las ventanas cerradas,
En los barrotes, en los cerrojos con las llaves rotas.
Le voy buscando,
Notando que nos apartará del lugar,
Que no permite mis temblores y
Que el temporal irrumpe y no sabrá disipar
Mis silencios.
Voy caminando en medio del precipicio
De una ciudad que no me conoce,
Buscando un alias que suena a esplendor,
De su puerta cerrada.
Eyina.
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