
Déjame noche,
esos trenes que nadie toma,
las campanas que se lamentan
al punto de las horas,
las olas de una playa
que duerme arrullada
por gaviotas perennes,
Soy un ejército de sueños,
un rumor bajo una lámpara sin llamas.
Déjame noche, el sudor
de los besos que recuerdo,
los ojos del que me hiere
con su ausencia.
Soy el árbol, hotel de pájaros,
la vertiente que canta a las estrellas ataviadas
de gala y joyería
(Dedicado a Nano alguien que paso por mi vida, y que se fue a reunir con Dios)